La Biblioteca Digital Mundial

"Mapa nuevo y preciso del mundo", de Visscher, Nicolaes (1649-1702)
Hace unos días me llegó una cadena de e-mail's con la noticia del lanzamiento de la Biblioteca Digital Mundial, un regalazo de la UNESCO y otras 32 instituciones para la humanidad entera. He comprobado que el proyecto lleva ya mucho tiempo en marcha, pero al visitar el sitio y comprobar la gran cantidad de reliquias que contiene, no he podido resistirme a comentarlo en esta bitácora.

La BMD reúne mapas, textos, fotos, grabaciones y películas de todos los tiempos y explica en siete idiomas las joyas y reliquias culturales de todas las bibliotecas del planeta.

La BDM no ofrecerá documentos corrientes, sino "con valor de patrimonio", que permitirán apreciar y conocer mejor las culturas del mundo en idiomas diferentes: árabe, chino, inglés, francés, ruso, español y portugués. Pero hay documentos en línea en más de 50 idiomas. Entre los documentos más antiguos hay algunos códices precolombinos, gracias a la contribución de México, y los primeros mapas de América, dibujados por Diego Gutiérrez para el Rey de España en 1562.

Los tesoros incluyen el Hyakumanto Darani, un documento en japonés publicado en el año 764 y considerado el primer texto impreso de historia; un relato de los aztecas que constituye la primera mención del Niño Jesús en el Nuevo Mundo; trabajos de científicos árabes develando el misterio del álgebra; huesos utilizados como oráculos y estelas chinas; la Biblia de Gutenberg; antiguas fotos latinoamericanas de la Biblioteca Nacional de Brasil; etc....

Fácil de navegar, cada joya de la cultura universal aparece acompañada de una breve explicación de su contenido y su significado. Los documentos fueron escaneados e incorporados en su idioma original, pero las explicaciones aparecen en siete lenguas, entre ellas el castellano. La biblioteca comienza con unos 1200 documentos, pero ha sido pensada para recibir un número ilimitado de textos, grabados, mapas, fotografías e ilustraciones.

El acceso es gratuito y los usuarios pueden ingresar directamente por la Web, sin necesidad de registrarse. Cuando uno hace clic sobre la dirección www.wdl.org, tiene la sensación de tocar con las manos la historia universal del conocimiento. Permite al internauta orientar su búsqueda por épocas, zonas geográficas, tipo de documento e institución.

De ese modo, es posible, por ejemplo, estudiar en detalle el Evangelio de San Mateo traducido en aleutiano por el misionero ruso Ioann Veniamiov, en 1840. Con un simple clikc, se pueden pasar las páginas de un libro, acercar o alejar los textos y moverlos en todos los sentidos. La excelente definición de las imágenes permite una lectura cómoda y minuciosa.

"Atlas de la historia física y política de Chile" (1800-1873)

Entre las joyas que contiene por el momento la BDM está la Declaración de Independencia de Estados Unidos, así como los textos de Constituciones de numerosos países; un texto japonés del siglo XVI considerado la primera impresión de la historia; el diario de un estudioso veneciano que acompañó a Fernando de Magallanes en su viaje alrededor del mundo; el original de las "Fábulas" de Lafontaine, el primer libro publicado en Filipinas en español y tagalog; y unas pinturas rupestres africanas que datan de 8.000 A .C.

Dos regiones del mundo están particularmente bien representadas: América Latina y Medio Oriente. Eso se debe a la activa participación de la Biblioteca Nacional de Brasil, la biblioteca Alejandrina de Egipto y la Universidad Rey Abdullah de Arabia Saudita.

La estructura de la BDM fue calcada del proyecto de digitalización de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, que comenzó en 1991 y actualmente contiene 11 millones de documentos en línea.

Sus responsables afirman que la BDM está sobre todo destinada a investigadores, maestros y alumnos. Pero la importancia que reviste ese sitio va mucho más allá de la incitación al estudio de las nuevas generaciones que viven en un mundo audiovisual. Este proyecto tampoco es un simple compendio de historia en línea: es la posibilidad de acceder, íntimamente y sin límite de tiempo, al ejemplar invalorable, inabordable, único, que cada uno alguna vez soñó conocer.