Uno de los placeres que suelo recuperar en las vacaciones es la lectura, pero en el sentido tradicional, es decir, la lectura de libros impresos en papel. Nada más empezar agosto, suelo visitar la librería Miralles y comentar con mi prima Ana las novedades que me puedan agradar. Otras veces hago lo propio en Plumier, donde mi amigo Luis me hace sus recomendaciones.
Este año he empezado por la última novela de Mario Vargas Llosa, "El sueño del celta". Como ya he dicho en alguna ocasión, admiro desde hace tiempo al escritor peruano, recientemente galardonado con el Premio Nobel de Literatura, y pensé que su última obra no me decepcionaría y acerté de lleno. Sin embargo, al empezar a leer el libro sentí una cierta intriga, ya que no entendía qué extraña historia podría relacionar los cultivos de caucho de África y América, el independentismo irlandés, la Primera Guerra Mundial y la homosexualidad.
Pronto me di cuenta de que Vargas Llosa estaba contando una narración con base histórica, pues citaba a personajes cuya existencia real era conocida. Y la referencia concreta a Joseph Conrad y su obra "El corazón de las tinieblas" me acabó de convencer. A partir de ese momento, la lectura del libro cobró otra dimensión y llegué incluso a buscar en Internet referencias al protagonista de la novela: el irlandés Roger Casement, héroe, traidor y libertario, moral e inmoral.
Como reza la contraportada del libro, Casement fue uno de los primeros europeos en denunciar los horrores del colonialismo. De sus viajes por el Congo Belga y la Amazonía sudamericana quedaron dos informes memorables que conmocionaron a la sociedad de su tiempo. Estos dos viajes y lo que allí vio cambiarían a Casement para siempre, haciéndole emprender otra travesía, en este caso intelectual y cívica, tanto o más devastadora. La que lo llevó a enfrentarse a una Inglaterra a la que admiraba y a militar activamente en la causa del nacionalismo irlandés.
"El sueño del celta" narra algunas prácticas colonialistas deleznables e inhumanas, que durante décadas fueron conocidas y consentidas por las potencias coloniales en su proceso de explotación de los recursos naturales de las selvas africanas y sudamericanas, proceso en el que las vidas de los indígenas carecían de valor alguno (la imágen de la derecha es un ejemplo). Pero también narra la aventura existencial de Roger Casement y el proceso por el que un fiel diplomático inglés acaba trasnformado en un independentista radical.
En mi opinión, una obra altamente recomendable por muchas razones. Tweet