Soy consiente de que lo mejor para este blog es no salirse demasiado del ámbito doméstico local. Sin embargo, vivimos tiempos convulsos y me cuesta sustraerme a la tentación de dar mi opinión personal sobre algunas de las cosas que están pasando.
Siempre he defendido que la democracia consiste en algo más que votar cada 4 años. Algunos pretenden que nos acostumbremos a depositar la papeleta en la urna y que nos olvidemos de la política.
Estos días, tras conocerse la decisión del gobierno griego de convocar un referéndum sobre las medidas de rescate, los "mercados" se han enfadado, disparándose la prima de riesgo española hasta los 374 puntos básicos (la italiana cerró el martes a 427 puntos). Con independencia de si los griegos han hecho las cosas más o menos bien, la sensación que tengo es que los demás países de la zona euro, más que salvar a Grecia, lo que quieren es salvar sus propios intereses.
Algunos ilustres políticos españoles considera que al pueblo se le debe consultar lo justito. En el fondo, lo que piensan es que los ciudadanos no están preparados para decidir sobre determinadas cuestiones, especialmente complejas. Quizás tengan razón, pero por esa misma regla de tres se podría dudar de la preparación de los ciudadanos para elegir sabiamente a sus representantes políticos.
Por ejemplo, ayer se conocieron las declaraciones de López Garrido. Entre otras perlas afirmó que "Grecia debe "cumplir sus compromisos" (relativos al plan de rescate de la Unión Europea) a fin de no afectar "al conjunto de la zona euro". Lo gracioso es que afirmó que las convocatorias de referéndum deben restrigirse a motivos "de largo alcance", como "reformas constitucionales". Me pregunto si tan ilustre Diputado habrá olvidado que hace apenas unas semanas, PP y PSOE pactaron una reforma de la Constitución sin consultar a nadie.
Algún tertuliano de Radio Nacional ha ido más lejos. Jordi Barbeta afirmó: "No se pueden someter a referéndum recortes de gasto o impuestos"; "la democracia es otra cosa, no todo se resuelve votando". Iñaki González Torre dijo que la decisión de Papandreu de someter a referéndum el acuerdo europeo sobre la deuda de su país es "doblemente fraudulenta".
Mucho más acertadas me parecen las declaraciones de Gaspar Llamazares, que ha manifestado que el referéndum griego pone en evidencia que la última reunión de líderes de la UE no estuvo encaminada a un rescate, sino a un "chantaje".
Lo que realmente preocupa a esos falsos demócratas es que cunda el ejemplo. Primero Islandia, luego Grecia y después ... Porque resulta que, efectivamente, cuando la democracia entra por la puerta, el mercado salta por la ventana. Si señores, así es, los griegos van a poder ejercer su derecho a decidir si están dispuestos a sufrir más recortes sobre sus niveles de vida y bienestar. En realidad, nada impide que ocurra algo similar en cualquier país europeo. En economía, la codicia puede más que la memoria. Ahora algunos se rasgan las vestiduras ante un eventual impago de la deuda, pero eso es algo que en España hemos hecho 10 veces en los últimos 400 años.
Algunos ya hablan de que Papandreu le ha pillado el farol a la Merkel, puesto queAlemania tiene demasiado que perder si Grecia se sale del Euro. Deberíamos prepararnos para escuchar durante los próximos días las peores acusaciones contra Papandreu (dirán que era amigo de Gadafi, que se relacionaba con la ETA, que flirtea con los islamistas de Al Queda).
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