El día del descanso recibí la llamada de un periodista que me preguntaba si yo sabía algo sobre el Centro de Día, pues le habían dicho que había novedades. Le respondí que no tenía ni idea, que en ninguna reunión oficial ni extraoficial se ha comentado nada. Ojala el periodista tenga razón y tengamos pronto alguna novedad.
Y cuento esto porque, mira por dónde, ayer se celebró el Día Mundial del Alzheimer. Además, este año 2011 es el Año Internacional para la investigación del Alzheimer y enfermedades neurodegenrativas relacionadas. A nivel mundial, mediante debates y congresos, se buscan soluciones para esta dolencia, que cada año afecta a más personas, sobretodo en los países donde la población envejece más deprisa.
Empiezo a creer que a los responsables políticos de poner en marcha el Centro de Día les ha atacado el mal de Alzheimer y ya no recuerdan sus promesas. Dudo que haya instalaciones que se hayan inaugurado y preinaugurado más que este Centro "del algún día", pero el caso es que sigue sin funcionar. Hace 4 años, cuando yo empecé de Concejal en el Ayuntamiento, estábamos igual que ahora: hablando con los responsables de la Consellería.
Y lo peor es que no estamos ante un caso aislado, sino ante un rosario de incumplimientos por parte de la Consellería, pues el Síndic incluye a Bienestar Social en su «lista negra» por no pagar la dependencia a los fallecidos. Es decir, si hace una semana el nuevo conseller de Justicia y Bienestar Social, Jorge Cabré, llegaba a sacar pecho en las Corts por la gestión de estas prestaciones. El martes pasado, el Defensor del Pueblo valenciano entregó a las Corts el informe anual correspondiente a 2010 en el que deja en evidencia la gestión del Ejecutivo en esta materia, hasta el extremo de recordar que, "casi cuatro años después" de la queja de oficio que abrió, las recomendaciones "siguen todas teniendo la misma vigencia".
Algunas personas afectadas me han llegado a comentar que tienen la sensación de que están jugando con ellos, con su salud, con sus intereses, con sus necesidades básicas. Parece que la crisis económica sirve para justificar hasta lo injustificable.
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