El hummus, la pasta de garbanzos árabe, se ha popularizado en Europa y el mundo. Y no es raro, porque está delicioso, es saludable y aporta al cuerpo proteínas de excelentísima calidad. Ha hecho un largo y delicioso viaje desde Oriente Medio hasta aquí. No es extraño tampoco que hayan surgido nuevas variedades, que la fórmula haya tomado otros cuerpos y colores. El hummus de remolacha es un ejemplo. Adquiere un tono de fantasía. Une dos elementos apetitosos: los garbanzos y la verdura. Puede tomarse como aperitivo o de acompañante. Y resulta muy sabroso y sano hacerlo del siguiente modo: lava y pela unas zanahorias y córtalas en palitos medianos; luego las crudités se untan en el hummus de remolacha y se alcanza así un placer refrescante. La receta con remolacha no dista mucho de la original. Solo es necesario incluir la hortaliza bien cocida para que pueda triturarse junto a los garbanzos. Se requiere el tahini (la pasta de sésamo árabe), aunque hay cocineros que prescinden de él y lo sustituyen por semillas de sésamo. Hoy venden el tahini en supermercados o tiendas especializadas. Puedes convertir el hummus en pasta con una batidora trituradora.
Receta de hummus de remolacha
150 gr. de garbanzos secos, un poco más del doble si ya están cocidos.
1 remolacha cocida (alrededor 160 gr.)
1-2 cucharaditas de comino.
Semillas de sésamo tostadas.
1 cucharada de tahini.
1 diente de ajo.
Jugo de un limón.
Aceite de oliva virgen extra.
Sal.
1. Prepara los garbanzos y la remolacha:
Si los tienes cocidos, ya están listos para la receta (si son de bote, solo tienes que escurrirlos y lavarlos bien). Si te has decidido por los secos, deben estar en remojo desde el día anterior. Después, cuécelos en agua (échalos cuando ya esté hirviendo, unos 20 minutos en olla exprés, y alrededor de 60 o un poco más en olla normal). Lo mismo ocurre con la remolacha. Puedes comprarla cocida o cocerla tú (en agua, durante unos 20 minutos).
2. Tritura los ingredientes:
Introduce los garbanzos en el recipiente donde los vas a triturar. Añade también la remolacha cortada en trozos, el diente de ajo cortado y sin su germen, el comino, la sal, el juego medio limón, la cucharada de tahini y varias cucharadas de aceite de oliva. Echa un chorrito de agua (puedes rectificar después). Tritúralo todo. Comprueba su consistencia (que esté firme y cremoso) y el punto de sal. Si está demasiado espeso puedes añadirle un pelín más de agua. Sírvelo en un plato o bol, y espolvorea semillas de sésamo por encima.