Leí en la prensa digital de ayer que los métodos más usados siguen siendo el preservativo (37%) y la píldora anticonceptiva (18%). Reproduzco el artículo porque tiene miga (las negritas y los enlaces son míos, y las imágenes están cogidas de la Red).
En el mundo de la información, la desinformación sigue reinando. Los falsos mitos se perpetúan sin que los expertos consigan erradicarlos. Es lo que ocurre en relación a los métodos anticonceptivos, donde se mantienen creencias falsas que hacen que casi dos millones de españolas (1.950.000) estén expuestas a un embarazo no deseado, bien por no utilizar ningún método, o usar los menos eficaces o bien, hacerlo de manera inconsistente. Eso es lo que se desprende de la VII encuesta Bayer de Anticoncepción en España, presentada ayer.
Según este trabajo, realizado en base a la respuesta de 2.096 mujeres de entre 15 y 49 años, se puede asegurar la consolidación favorable del uso de métodos anticonceptivos que se sitúa en torno al 75%. Los métodos más usados siguen siendo el preservativo (37%) y la píldora anticonceptiva (18%). Destaca el incremento del denominado "doble método" (uso combinado de preservativo y píldora), sobre todo entre las más jóvenes y se sitúa en un 1,3%.
La encuesta que la información que desde hace unos años se está proporcionando a los jóvenes en los institutos en relación a los métodos anticonceptivos está dando sus resultados en la franja de edad inferior a los 20 años.
Sin embargo, se ha comprobado que se mantienen una serie de mitos, sin consistencia científica, que, según los expertos, hay que combatir, como es el caso de que la píldora engorda o que es preciso "descansar" algún tiempo para evitar daños en la salud. Esto explicaría que el preservativo esté por delante de la píldora como método anticonceptivo escogido mayoritariamente por las españolas, frente al resto de las europeas.
Una de las respuestas a destacar en relación a por qué utiliza el preservativo en unas relaciones sí y en otras no, ha llamado la atención de los expertos: más del 35% de las mujeres que utilizan de manera inconsistente este método señala que su pareja no quiere usarlo. Esto pone de manifiesto la necesidad, por un lado, de hacer entender a la mujer que ella tiene que decidir sobre cómo deben ser sus relaciones sexuales y, segundo, que los hombres deben implicarse por igual en las mismas.
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