Tal y como anticipé, ayer se celebró Pleno Extraordinario con un Orden del Día centrado en la configuración del equipo de gobierno y otras cuestiones formales. En la propuesta que se presentaba por la Alcaldesa figuraban todas las concejalías en poder del PP, aunque ya advertí que podían haber cambios y, finalmente, así ha sido. Poco antes de empezar el Pleno, Juan Valls, del CDL, me confirmaba que había aceptado asumir la delegación de Fiestas y Tradiciones.
No me cayó de sorpresa porque durante el fin de semana varias personas me habían confirmado el ofrecimiento del PP a Juan Valls, asegurándome que "se lo estaba pensando". Conociendo a Juan un poco (ibense, festero, amante de nuestras tradiciones, ...), pensé que era mucha tentación para él y, a buen seguro, aceptaría la oferta. No obstante, Juan se apresura a advertir que esta aceptación no significa nada, que seguirá manteniendo su criterio personal en todo aquello que afecte al Ayuntamiento y al pueblo, con independencia de que tenga o no tenga responsabilidades en un área concreta de gobierno.
Y si escribo todo esto es porque quiero adelantarme a algunas voces maledicentes, que inmediatamente han empezado a cuestionar la sinceridad de Juan cuando aseguró que no pactaría con nadie. Yo creo que Juan, como cualquier persona, se merece un respeto. Juan, como todos, es libre de tomar esa decisión y nadie tiene derecho a anticiparse al futuro y poner en duda su honorabilidad. Juan, como todos, puede equivocarse, y él y sólo él será el que tenga que dar cuentas a su electorado.
En la reunión de Portavoces que mantuvimos hace unos días, Agüera hizo un ofrecimiento a todos los partidos para ocupar alguna concejalía. Yo creo que lo dijo con la boca pequeña y, desde luego, con poco convencimiento personal. No obstante, desde EUPV no nos negamos, pero tampoco hemos vuelto a recibir una oferta concreta. Sinceramente, no veo factible que mi partido asuma responsabilidades de gobierno, salvo que formase parte de un verdadero gobierno de concentración, como propuse poco antes de las elecciones.
Pero que EUPV o el PSOE o ADI prefiramos mantenernos al margen, no significa que Juan o el CDL tengan que hacer lo mismo. Personalmente, lo único que me preocuparía es que Juan o el CDL dejase de cumplir sus compromisos respecto a la "transparencia, participación, respeto y austeridad", que configuran esa "línea roja" que dejamos enunciada en el Pleno de Investidura. Y mientras eso no ocurra, solo puedo desearle suerte a Juan Valls en su Concejalía y ofrecer mi colaboración para cualquier cosa en la que yo pueda serle de utilidad.
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