La interpretación corrió a cargo de un grupo de voluntarios, pero no se trataba de una obra de teatro normal, ni de un sainete, era una tragicomedia en toda regla, planteada como forma de denunciar los problemas de accesibilidad que sufren los discapacitados en general y las personas que tienen que desplazarse usando una silla de ruedas en particular (y que podríamos ser cualquiera de nosotros).
Esta iniciativa ha sido organizada por ADIBI desde su área de Accesibilidad, como desde la campaña de Concienciación y Sensibilización que año tras año esta entidad elabora con el objetivo de conseguir una integración real del colectivo en todos los ámbitos de la vida. ADIBI contó también con la colaboración desinteresada de algunos comercios ibenses que se encargaron de la venta anticipada de entradas.
Creo que los asistentes pasaron un rato agradable, a lo que contribuyó sin duda la actuación de David Garrido, en su faceta de monologuista (desconocida para mi), que habló desde su privilegiada posición de "experto en bares". Os dejo algunas escenas de su actuación:
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